En tiempos cuando el «Hágalo usted mismo», se ha vuelto virtud y hábito común, es también frecuente escuchar un rumor sonoro de soledad y desolación. Nos encontramos mujeres; auténticas 4X4, todo terreno, «Yo-lo-hago-todo y perfecto», con cuerpazos, bellísimas, resueltas económicamente y, sin embargo, sin ningún caballero que las corteje, las seduzca y menos, quiera algo serio con ellas. Resultado: Muchos grupos de mujeres reunidas en todas partes, repitiendo, muchas veces con pasión desmedida: -«Es que no hay hombres».
Si nos ajustamos a las estadísticas, a las circunstancias actuales, tal aseveración contra los hombres, carece de veracidad, y se nos vuelve una excusa, que como cualquier otra, de tanto repetirla.
El otro día, en una reunión de trabajo, hablando de este tema, en un grupo mayoritario de féminas, una se levantó y apasionadamente expresó: -«Así será, el sábado pasado, cuatro amigas nos fuimos a una tasca, y todas como yo, delgadas, altas, cuerpo de gym, treinta de edad promedio, profesionales y resueltas, ¿Tú crees que en toda la noche, algún tipo, y eso estaba full de hombres solos, se acercó a, ni siquiera, decirnos un piropo? No, cuando iban al baño, se iban como escondidos, es que son unos cobardes. Ah, eso sí cuando estaban rascados, ahí sí venían, todos babosos, a decir estupideces». Yo sólo me permití preguntar: -«¿Y todas eran parecidas a ti, así echadas para adelante?». -«Claro, como yo, yo no tengo amigas bobas».
La capacidad de acercarse entre los seres, no es lo que parece, nosotros nos atraemos y acercamos, por energía vibracional, por lo tanto, las fórmulas físicas y de atractivo, si bien tienen su impacto, en muy poco pasa de esto, lo que nos acerca es lo que vibra y nos hace sentirnos armónicos con esa vibración. Ante una mujer u hombre 4X4, un carro normal, se aparta, porque el impacto puede ser muy perjudicial para él. En estos súper seres, el hacer y el tener está resueltísimo, pero el ser, es algo por resolver que da muchísimo temor, creando así una frecuencia vibratoria muy alta e impenetrable, que en términos conductuales llamamos: autosuficiencia.
El autosuficiente, está básicamente sólo, aunque esté con un ejército, aunque duerma con alguien, pero su pensamiento y vibración, es: -«A mí nadie va a venir a fregarme». Esto, crea una intención de anular a cualquiera que quisiera invadir sus inmaculados espacios íntimos. Recuerda siempre que un autosuficiente lleva colgado un cartel luminoso que dice: NI TE ACERQUES.
Por lo tanto, si, a propósito o sin quererlo, te has convertido en un rústico lleno de fuertes y blindadas defensas, recuerda que los demás huirán despavoridos, aunque no lo quieran conscientemente, simplemente por instinto de preservación. Te sugiero, si la desolación, te toca de cerca y ya afecta tu vida, sería prudente, muy amorosamente, ir desarmando estas defensas, bajando las alturas, volviéndote más gentil, cercano, en una palabra: abriendo el corazón.
Los quiero, hasta la próxima sonrisa.
Carlos Fraga