Reciban lectores, mis más sinceros deseos y mis mejores intenciones para este nuevo año que comienza. Iniciarlo como debe ser ante ustedes, incluye un sincero agradecimiento, luego de tres años, encontrándonos en estas páginas domingo a domingo. Gracias.

Sin ánimos de ser dioses, ni emularlos, creo profundamente en el poder creador que albergamos. Cuando un ser humano encuentra dentro de sí su duende, su poesía, sus colores personales y es capaz con ellos de crear, transformar, poetizar, cristalizar, estamos frente a uno de los milagros de este hilo transparente que llamamos vida. Cronos nos regaló el tiempo y su medida para ser dueños del transcurrir, de la ilusión de controlar y de medirnos en ese sensible eje entre el nacer y el morir. Hoy, cuando llevamos una semana de este nuevo año, cuando todavía desenvolvemos hallacas, los invito a focalizar lo que queremos, a dejar que nuestro niño-duende juegue un rato con “la loca de la casa” y, juntos, nos planteen un espacio placentero para estar, para ratificar, para sentir, para saborear el milagro de estar vivos. ¿Te has detenido a pensar qué año propones para ti, qué quieres crear, cómo quieres nadar en él, qué aspectos te gustaría resaltar, qué te apasionaría conseguir? Esta vez, sin titanismos, sin heroísmos, dejando que tu duende te ayude, apegado a ti, desde ese individuo que tiene que verse y sentirse.

Ahora te presto la mejor herramienta que conozco para ello, una pizarra de sueños, un corcho de sueños, un MAPA DEL TESORO. Saca los colores de tu corazón, deja que tu alma describa lo intangible y permítete recortar las imágenes que en tu mente se han soñado, para así, sentirte dueño de este espacio tuyo, verdadero, auténtico en el que creas primaveras para los duros inviernos, y recoges frutos cuando nadie los ve.

Imagínate un mapa que diga: este es el año que me merezco y que me abro a recibir o este es el 2006 con el que creo mis sueños más importantes, o este 2006 me invita a abrir mi corazón y recibir los dones que soy capaz de crear y concretar en mi vida, o este año 2006 mi corazón materializa en armonía perfecta lo soñado y lo que se me olvidó soñar para mí y los míos.

Y allí encontrarás tu título, tu fuente de inspiración, tus palabras mágicas que te llevarán a ponerle luego imágenes, palabras, metáforas, afirmaciones, etc., a poner tu atención allí, a permitirte que tu amor (llámese tiempo y atención) se depositen allí, y ya no como fetiche o amuleto, sino como algo que posee tu fuerza, tu energía, tu amor, lo más sensible y valioso de tu mundo individual. Y preguntarás: ¿Puedo hacerlo en o con mi grupo familiar? Claro, pero desde la misma energía, desde la misma fiesta, unidos y cosidos por el supremo poder del amor. Y no se olviden de cerrar siempre diciendo: esto o algo mejor ya está sucediendo para mí, de manera perfecta y en armonía para todos. Gracias, Padre.

Feliz 2006 y hasta la próxima sonrisa.
Carlos Fraga